domingo, 7 de octubre de 2018

Cortes enfriados a China, un mercado con muchas limitaciones


En 2017, los cortes enfriados representaron apenas uno por ciento de las importaciones chinas de carne vacuna.
Un reciente artículo de Meat & Livestock Australia (MLA) advierte sobre las limitaciones del mercado chino de cortes enfriados.
El año pasado, sólo uno por ciento de las importaciones de carne vacuna del gigante asiático fueron de estos cortes. Totalizaron 6.558 toneladas peso producto, abastecidas en su gran mayoría por Australia. Un país que viene desarrollando este mercado desde hace una década, con un éxito muy relativo.
Los cortes se venden a restaurantes, en carnicerías premium o por Internet, pero la demanda por estas carnes de alto valor es todavía muy reducida por tres razones: la falta de una cadena de frío, el escaso número de parrillas y la falta de cultura cárnica de los consumidores.
En China, una gran parte de la carne vacuna es comercializada en el día luego de faenada, en puestos o ferias callejeras, en trozos pequeños, y sin una nomenclatura de cortes. Asimismo, los métodos de cocción (wok, olla, frituras) tampoco favorecen la demanda por cortes enfriados. En general, gran parte de la carne vacuna se faena en mataderos municipales y se vende localmente sin frío en ninguna de las etapas del sacrificio y la comercialización.
Los estadounidenses, que entraron al mercado chino a mediados del año pasado, han manifestado que las dificultades que encontraron son mayores a las esperadas. Por ejemplo, las exigencias de que los cortes de Estados Unidos provengan de animales que hayan sido criados sin hormonas ni antibióticos, limita enormemente el volumen disponible para exportar. En ese país, la inmensa mayoría del ganado engordado se engorda así y el feedlot que no lo hace, solicita al comprador una compensación económica de entre 15 y 17 por ciento, acorde a la eficiencia de conversión que pierde.
Los datos muestran que, en los primeros siete meses del año, Estados Unidos no logró vender en China más de unas cuatro mil toneladas de cortes enfriados, bien por debajo del volumen esperado. Y los aranceles adicionales a la carne norteamericana, establecidos por el gobierno chino en el marco de la guerra comercial, ponen a los cortes de ese país casi fuera de competencia.
Políticas
La carne vacuna en China es un producto “nuevo”, caro, especialmente en relación al pollo o el cerdo. Pero los consumidores perciben a la carne importada como un producto más seguro y de mayor calidad que la local.
El gobiernoestá cerrando muchos mataderos precarios y mercados callejeros, al tiempo que incrementa las exigencias sanitarias y fomenta la instalación de cadenas de frío. Se estima que la creciente brecha entre oferta y demanda por carne vacuna deberá ser cubierta en los próximos años casi en su totalidad con carne importada, con un consumo per capita que pasará de los 5,6 kilos actuales a unos 6,2 kilos en el año 2022.-

Sin trabas para exportar, Argentina vuelve a ser una carnicería del mundo


Tras haber logrado un récord en 2005, las exportaciones se derrumbaron durante el kirchnerismo. Pero 2018 será el mejor año desde 2009 y sin que se vea afectado el mercado interno. Hasta agosto, el crecimiento interanual fue de 128%.
La imagen que arroja el retrovisor es nítida: en 2005, Argentina logró su récord de exportacionesde carnes vacunas, con 771 mil toneladas, que la posicionaron como cuarta proveedora mundial en este rubro. Una década después, en 2015, la sucesión de trabas al comercio exterior impuestas por el kirchnerismo –Registros de Operaciones de Exportaciones (ROE), retenciones y tipo de cambio atrasado– hicieron que no se alcanzaran siquiera las 200 mil toneladas. Así, el país bajó al puesto 14 en el ranking y fue superado por naciones con tamaño de provincias, como Uruguay y Paraguay.
Estas nubes en el camino no fueron gratuitas para el sector frigorífico: en 2008, según estadísticas de la Asociación de Frigoríficos e Industriales de la Carne de Córdoba (Afic), había más de 30 establecimientos faenadores en la provincia. Diez años después, son 24 y, entre los que cerraron, hubo dos históricos que exportaban: Estancias del Sur, en Unquillo; y Col-Car, de Colonia Caroya.
Pero el parabrisas hoy muestra una ruta despejada para que Argentina siga recobrando el protagonismo que históricamente tuvo su carne en el imaginario global: en agosto, las exportaciones crecieron 128 por ciento anual y el acumulado del año alcanzó las 330 mil toneladas. Un dato elocuente: este guarismo supera al volumen enviado al extranjero durante todo el año pasado. Con una proyección de medio millón de toneladas para 2018, implica la vuelta del país al top ten, ubicándose entre el séptimo y octavo lugar del “campeonato” mundial de las carnes.
Se trata, además, de una buena noticia para una economía que adolece por la falta de dólares: el ingreso de divisas por exportaciones bovinas en ocho meses superó los 1.200 millones, la mayor cifra desde 1996, según la Secretaría de Agroindustria.
Y con un adicional relevante: el presente desmitifica también el latiguillo que repetía el exsecretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, para frenar el comercio exterior bovino: “proteger la mesa de los argentinos”.
El boom exportador no afectó el consumo interno de carne bovina, que se ubica en 58 kilos por habitante al año, en línea con el promedio de la última década, de acuerdo a la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra).
Qué y quienes compran
Qué y quienes compran
Competitividad
El principal factor que ayuda a este renovado protagonismo de la carne argentina es la recuperación de competitividad.
Apenas asumió, Cambiemos no sólo eliminó los ROE y las retenciones a esta industria sino que la benefició con reintegros a la exportación, a lo que luego se sumó el aumento del dólar, que puso “barata” la carne local, en comparación con sus competidores mundiales. Recientemente, las necesidades fiscales obligaron a reducir los reintegros y reimplantar los derechos de exportación, pero la escalada del dólar hasta superar los 40 pesos mantiene el negocio con buenos márgenes.
Un informe del economista Juan Manuel Garzón, del Ieral de Fundación Mediterránea, es claro al respecto: desde la última gestión de Cristina Fernández, el tipo de cambio real de las carnes bovinas congeladas mejoró 87,6 por ciento. Es el tercer producto agroindustrial que más recuperó competitividad, sólo por detrás del maíz y el trigo.
“En los últimos tres años, hubo un cambio de condiciones muy claro: de un negocio exportador castigado a uno favorecido no sólo por las políticas sino también por la decisión de salir a buscar nuevos mercados”, amplió Garzón ante la consulta de La Voz.
Para el investigador, hay que tener en cuenta también que Argentina ha venido recuperando su stock ganadero desde el derrumbe de 2009 y eso significa más volúmenes disponibles de carne para exportar. Paralelamente, el mercado interno se achicó: reemplazó la carne bovina por una porción más grande de aviar y porcina.
En una línea similar opinó Daniel Urcía, director ejecutivo de Afic y vicepresidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales Argentinas (Fifra). “Este tipo de cambio, aun con retenciones y menos reintegros, alienta a incrementar las exportaciones. Y por ahora no es algo que complique al mercado interno, que está sobreabastecido porque la sequía obligó a los productores a enviar a faena más vacas de lo usual y por la alta oferta de sustitutos”, explicó.
Indicadores hechos carne
Indicadores hechos carne
Aspiradora asiática
El otro viento de cola es el sudeste asiático, la zona que más ciudadanos incorpora cada año a la clase media, lo que significa mejorar sus ingresos y, por ende, su alimentación. Enrique Erize, uno de los analistas de mercados agropecuarios más escuchados del país, lo repite en cuanta conferencia da: dentro de esa porción del globo terráqueo vive más gente que fuera de ella.
China es la cabeza de esta tendencia: demanda más de la mitad (53 por ciento, hasta agosto) de la carne que exporta la Argentina y se espera que esta proporción siga creciendo. Sucede que actualmente compra cortes congelados de baja calidad, pero ya firmó un acuerdo sanitario para incorporar enfriados de mayor precio.
“Lo que se exporta a China es vaca, un producto sin cabida en el mercado interno, que prefiere animales más jóvenes. Por eso el precio de exportación no tiene incidencia directa en el asado: el mercado externo ha venido desacoplado del interno”, resumió Urcía.-

ARGENTINA:El frigorífico cordobés que ya exporta la mitad de su producción


El frigorífico de Río Segundo es el más grande faenador y exportador provincial. Le favorece ahora el tipo de cambio. Hasta hacía tres años, sólo enviaba al exterior el 20 por ciento de lo que producía.
on un promedio de 14 mil cabezas de ganado mensuales, el frigorífico Logros de Río Segundo es el que faena más bovinos en Córdoba. Y también es el principal exportador: es el único habilitado de la provincia para proveer carne de la “cuota Hilton” (cupo de cortes de primera calidad que se envían con arancel preferencial) a Europa y para enviar a todos los países con los que Argentina tiene un convenio sanitario firmado.
Fue, por ejemplo, uno de los primeros cinco que mandó carne a China.
Su presidente, Mariano Grimaldi, hace números rápidos que permiten dimensionar cómo el cambio de condiciones mejoró el negocio exportador de la industria cárnica.
“Hasta los últimos años del gobierno anterior, nuestro mix era 80 por ciento mercado interno y 20 por ciento exportaciones. Ahora estamos 50 y 50”, destaca el empresario.
Desde su punto de vista, el sector “estuvo muchos años atado, debido al dólar fijo. Ahora, este tipo de cambio libre les dio a las empresas exportadoras un nivel de competitividad razonable para ofrecer sus productos en el mundo”.
De todos modos, considera: “Hay que estar muy atento a que factores internos no nos dejen de nuevo fuera de la competencia. Con el solo hecho de ajustar el tipo de cambio no se soluciona nada. Si no se modera o se controla la inflación, pronto volveremos a estar igual que antes”.
Sobre si existe riesgo de que estas mayores exportaciones perjudiquen el consumo interno, por un aumento de los precios, lo descarta. “Son dos mercados bien diferenciados y que pueden convivir: la exportación se lleva los animales pesados, de más de 450 kilos, mientras que el argentino consume animales más livianos, de entre 300 y 400 kilos”, explica.
Y completa: “Industrias como la nuestra son totalmente integradas y necesitamos del mix entre ambos mercados. No podríamos exportar si no colocáramos los saldos en el consumo doméstico”.
Para Grimaldi, está todo dado para que Argentina potencie este perfil exportador de carne. “La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) estima que el consumo de proteína animal se incrementará notoriamente para 2030, y sólo hay ciertos países productores que pueden proveerla. Entre ellos, Argentina es el que está en mejores condiciones. El único problema es que los argentinos a veces nos encargamos de hacer todo mal”, concluye.-

ARGENTINA:La carne vuelve al mundo y no es un cuento chino


La exportación de carne argentina vive el mejor momento de los últimos nueve años, con China como principal cliente
En una etapa recesiva, como la que atraviesa la economía del país, son muy pocos los sectores que muestran niveles de actividad crecientes. Uno de ellos es la industria frigorífica, que en los primeros ocho meses del año creció nueve por ciento respecto a igual período de 2017.
¿Cómo se explica ese desempeño, en un mercado interno donde el consumo se mantiene estable y en el que los precios minoristas le ponen un freno a cualquier incentivo a la demanda? La razón está en la explosiva recuperación que muestran las exportaciones, tema de nuestro Primer plano en la edición de hoy.
En los primeros ochos meses del año, las ventas de carne vacuna al exterior crecieron 70 por ciento. Equivale al 16 por ciento del total de la producción. Hay que retrotraerse nueve años atrás para encontrar una participación semejante.
Que el mundo quiera más carne argentina no es un síntoma que nos deba preocupar como consumidores.
El abastecimiento doméstico está asegurado, ya que buena parte de los cortes que se van al exterior no están dentro de nuestras preferencias culinarias.
Hoy China representa más del 50 por ciento de las exportaciones nacionales de carne bovina. Allí, cada uno de sus 1.300 millones de habitantes consume seis kilos de carne bovina por año.
Pero no hay que asustarse por el tamaño de nuestro principal cliente. No compra asado, matambre, vacío o cuadrada para milanesa. Se llevan congelados el garrón, brazuelo y el cogote, que consumen en pequeñas cantidades. A Europa, el segundo comprador en importancia, van los cortes premium enfriados y sin hueso, como el lomo y el cuadril. Mientras que Chile y Rusia tienen interés por la parte delantera del animal.
Es decir que mientras más animales se necesiten para satisfacer la preferencia mundial por la carne argentina, más disponibilidad de cortes habrá para el mercado interno. Y debería ser a precios razonables.-

Uruguay : Sube el precio de exportación de la carne


En los primeros nueve meses del año, según INAC
En los primeros nueve meses del año en curso, el precio promedio de la tonelada de carne bovina exportada por los frigoríficos uruguayos subió 4,9% y la de carne ovina creció 11,3%, según los datos estadísticos del Instituto Nacional de Carnes (INAC), siempre comparando con igual período de 2017.
En el primero de los casos cotizó a US$ 3.582 frente a US$ 3.414 y en el caso de la ovina a US$ 4.578 frente a US$ 4.111.
En carne bovina, China sigue posicionado como el principal importador medido en volumen. También acapara todas las menudencias en las dos especies citadas.
Los importadores chinos incrementaron 6,22% sus compras y acapararon 169.135 toneladas por US$ 499.424.000 hasta el pasado mes de septiembre.
Las ventas a los países que conforman el Nafta —EE.UU., Canadá y México—, con Estados Unidos a la cabeza, fueron el segundo mercado en importancia, aunque sus compras hayan bajado 3,2% al llevarse 58.757 toneladas peso canal por US$ 195.370.000.
La Unión Europea está posicionada en tercer lugar. El volumen adquirido por este destino subió 3,3% y alcanzó 41.926 toneladas por US$ 256.175.000.
Ovina. En carne ovina el principal mercado es el Mercosur, con Brasil tirando de la locomotora, país que se llevó 4.868 toneladas por US$ 26.058.000. Es el destino que está ayudando a mantener los precios de la carne ovina uruguaya y mantiene una demanda constante. China es el segundo comprador en importancia y adquirió 2.216 toneladas peso canal por US$ 7.281.000. Le sigue la Unión Europea con 550 toneladas por US$ 2.735.000.-

Cortes enfriados a China, un mercado con muchas limitaciones

En 2017, los cortes enfriados representaron apenas uno por ciento de las importaciones chinas de carne vacuna. Un reciente artículo de...